miércoles, 28 de julio de 2010

El eterno Piazzolla

Como en un tango, alguien ve caer las rosas muertas de su juventud;
lastiman a un corazón el bandoneón y su triste maldición maleva;
se llenan de silencio unas pupilas;
en el fondo oscuro del vivir se echan a llorar,
despeñándose, los sueños;
y la luna rueda por Callao,
en una ciudad de penas y olvido.

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